58. Se acabó

...

—Benjamin... —murmuro, acercándome lentamente con la esperanza de que me vea, aunque sé que no puedo pasar más allá del altar—. Mírame, Benjamin, no me dejes...

—No te oye, Nevaeh —me giro y veo al señor James en su silla de ruedas, acompañado por Hitler, quien socorre a Richard y lo ayuda a l...

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