No te apresures a juzgar

Rita sonrió, pero era una sonrisa falsa. Dijo que Julia estaba muy bien y que le habría encantado acompañarla esa noche, pero tenía una agenda ocupada y reuniones con clientes.

—¡Oh! Vaya. Eso es genial. Lo invitaremos a cenar uno de estos días —dijo Mónica, cortando algunas verduras para cocer al ...

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