Capítulo 148 Nunca perdones

—¿Cómo puedes siquiera decir las palabras "perdóname"? ¡Tienes una hija, y yo también tengo una hija! Ahora que tu hija está en la cárcel, vienes a rogarme. ¿Pero qué hay de mi hija?— Joe gritó con voz ronca, sus ojos inyectados de sangre, cada palabra llena de dolor y rabia. Los recuerdos surgieron...

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