CAPÍTULO CIENTO OCHENTA Y CINCO

—¿Hay algún problema? —preguntó el primer comandante, captando mi expresión de sorpresa.

Acababa de decir literalmente que sus planes eran aniquilarnos en nuestro camino de regreso. Pero no podía dejar que supiera que lo había escuchado o me dispararían de inmediato.

—Creo que mi máscara de oxígen...

Inicia sesión y continúa leyendo