CAPÍTULO DOSCIENTOS DOCE

Inmediatamente, salió de mi mente y yo también abrí los ojos.

—¿Qué pasa? —pregunté, confundida por sus acciones.

—¿Qué pasó realmente allá abajo? Y no te atrevas a mentirme porque lo que acabo de ver no parecía una situación de rehenes —dijo con ese tono que usaba antes de matar a alguien que lo ...

Inicia sesión y continúa leyendo