CAPÍTULO CUARENTA Y DOS

—Algo está mal— susurré mientras los hombres que nos habían ayudado a subir al barco antes intentaban con todas sus fuerzas contener a muchos Moderados que intentaban llegar hasta nosotros. Cerraron la puerta principal y trataban de hacerlos retroceder, pero parecía que estaban decididos a derribar ...

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