CAPÍTULO SESENTA

Cada parte de mi cuerpo estaba tensa cuando me pasaron el micrófono.

Todo el estadio se quedó tan en silencio que podías escuchar la respiración de la persona a tu lado sin esforzarte.

Levanté el micrófono para hablar y emitió ese ruido agudo y estridente que solo sirvió para ponerme más nerviosa....

Inicia sesión y continúa leyendo