Capítulo 25 25

El hombre quería seguir bromeando, pero Camila estaba preocupada por su futuro y no tenía ánimos ni para reír.

—Por favor respéteme señor, ni porque no puede caminar no deja la coquetería usted— lo regañó.

—Creo que no me impide nada el hecho de estar así, sino, pregúntate de qué manera llegó nues...

Inicia sesión y continúa leyendo