CAPITULO 18

Capitulo 18

Abrí los ojos desorientada. El aire olía a humedad, cemento y encierro. La cabeza me latía como si algo me hubiese golpeado, pero no había dolor, solo confusión.

Intenté moverme, pero mis muñecas estaban atadas a la espalda con un lazo plástico que cortaba mi circulación. Estaba en una...

Inicia sesión y continúa leyendo