Capítulo 125

EMILIA

Es increíble, honestamente —cada paso duele como si caminara sobre clavos. Apenas puedo respirar cuando giro el cartel a CERRADO y me desplomo en la silla más cercana. Ni siquiera es mediodía.

—Creo que necesito contratar ayuda— murmuro, atándome los rizos en un nudo desordenado. Afuera hac...

Inicia sesión y continúa leyendo