Capítulo 45 Lolo

Antonella

Nos acostamos a dormir como hace dos horas y media. Desperté porque mi teléfono comenzó a sonar. Damián está como una piedra, no se mueve de su lugar desde que tocó la cama y cerró sus ojos. No ha cambiado de posición. Muerdo mi labio cuando miro su gran cuerpo descubierto. Ahora comprend...

Inicia sesión y continúa leyendo