Capítulo 27: Harley

El restaurante es de alta gama y con poca luz, con manteles blancos, un cuarteto de cuerdas tocando en la esquina y meseros que no parpadean a menos que les den propina.

Estamos sentados en un reservado privado con cojines de terciopelo rojo, y una botella de Barolo ya ha sido decantada.

—¿Vino? —...

Inicia sesión y continúa leyendo