23 | Una historia familiar sombría

Lori entró en la habitación, dejando la puerta abierta detrás de ella.

—Ah…—Mel suspiró aliviada, con la mano en el pecho mientras intentaba calmar su corazón acelerado—. Me asustaste.

Lori se rió, con los brazos cruzados sobre el pecho—. No hay nada de qué temer. Está bien.

Mel sonrió, sin estar...

Inicia sesión y continúa leyendo