Capítulo 42

Los ojos de Raymond se estrecharon, un destello de malicia brillando en ellos, como una tormenta formándose detrás de un velo fino.

Me mantuve firme, observando cómo su rostro se torcía, sin perder la oportunidad de lanzar algunas bromas sarcásticas.

Las oportunidades para desafiarlo abiertamente ...

Inicia sesión y continúa leyendo