CAPÍTULO 78

Collins podía notar que su comentario no la había afectado en absoluto. Si sus labios no estuvieran tan apretados en una línea delgada, poco amigable y resuelta, casi podría jurar que se estaba riendo de él con los ojos.

—¡Maldita perra! Vamos a ver quién se ríe cuando termine contigo —se dijo a sí...

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