Capítulo 34. ¡Basta!

Ella parece inconsciente. Puedo decir que está viva porque está respirando, pero parece que está al borde de la muerte. Mi papá intenta tirar de mi brazo.

—Tenemos que irnos y averiguar dónde estamos, Raine.

Niego con la cabeza.

—No puedo dejarla aquí así. No sé por qué, pero no puedo. Tengo que ...

Inicia sesión y continúa leyendo