CAPÍTULO 30: La Navidad de la Virgen, parte 2

—Tenemos de sobra en el coche para mantenernos calientes, comida, mantas y demás.

Mi Maestro se vuelve hacia mí y Michael.

—Bueno, chicos. Parece que estamos atrapados aquí por la noche. Estarán despejando la vía pero no podrán pasar hasta el amanecer.

Mirándome.

—Charlotte. Lo siento mucho. Mi...

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