CAPÍTULO 6: La Virgen subastada, parte 6

Hay un destello de aprobación en sus ojos. —Buena chica. Siéntete libre de mover las piernas para estar cómoda. Si las levantas, será más fácil para mí, pero puedes apoyar los pies en mi espalda o en mis hombros si quieres.

Se acomoda entre mis piernas abiertas, levantándolas ligeramente por las ro...

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