Capítulo 38 Capítulo 38: Ser descubiertos

Sus besos aumentan mi calor y yo me sorprendo un poco cuando comienza a llevar sus manos a mis pechos, al punto que libera uno de estos de la tela de encaje que lo cubría. La vergüenza me invade.

Pero, a él poco le importa y sin avisarme, pega su boca a este y con su mano libre, juega con el otro p...

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