Capítulo 30 Capítulo 30

Me mira, arrodillada entre sus muslos. «Las chicas buenas no necesitan toallitas», dice. «Tienen lengua».

Miro su rostro, sus ojos azules, sus labios rojos. Luego, su coño, abierto, empapado, aún más rojo.

La magnitud de su orden solo se ve eclipsada por lo traviesa que me hace sentir. Todo mi cue...

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