Capítulo 31. Intimidad, secretos y un hombre herido

Abril

La madrugada es testigo de un extraño suceso. Un gruñido. Un espasmo. Un grito.

Gael se remueve incómodo a mi lado en la cama como si de un temblor se tratara. Habla dormido. Se queja, grita. Me siento en la cama sin saber qué hacer. Solo escucho los gemidos que salen de su boca como un ruido...

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