Capítulo 15

Maldecí y me alejé del espejo que cubría toda la pared. Mi reflejo me devolvía la mirada como un maldito monstruo. Venas hinchadas. Ojos inyectados en sangre. Pecho subiendo y bajando rápido, cada respiración peor que la anterior.

—No puedes hacer esto— gruñí. —Tienes que parar. Tienes que parar.

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