Capítulo 228

Mis muslos estaban empapados.

Como goteando.

Como un charco formándose entre mis piernas de tan empapados que estaban.

Y entonces lo hizo.

Deslizó una suave mordaza de seda entre mis labios... mojada por mi propia saliva y gemidos... y la ató detrás de mi cabeza.

No apretada.

Solo lo suf...

Inicia sesión y continúa leyendo