Capítulo 23

—Quiero decir que les corto la cabeza y la dejo en la frontera como un regalo para los renegados.

No siguió ni una palabra.

Solo el leve roce de una silla cuando alguien intentó sentarse más derecho.

Me recosté. Mis dedos golpeaban el reposabrazos. Lento. Rítmico. Un sonido que los perseguiría du...

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