Capítulo 288

Su respiración salió tan aguda que casi fue un siseo.

—Me vas a matar —dijo él.

—Entonces muere por ello —le respondí, con el corazón latiendo tan rápido que parecía querer escapar de mis costillas.

—Tócame. Siénteme. Mete tus dedos en mi coño ahora mismo antes de que pierda la maldita cabeza.

—...

Inicia sesión y continúa leyendo