Capítulo 46

Sus ojos estaban fijos en mis labios como si fueran peligrosos.

—¿Hmm?— Incliné la cabeza como si intentara ser dulce, como si no estuviera a punto de destruirnos a ambos.

—¿Quieres saber qué estaba haciendo mientras me gritabas por teléfono?

Su garganta se movió.

Su respiración se entrecortó.

...

Inicia sesión y continúa leyendo