Capítulo 52

Su polla se movió dentro de mí.

Lo sentí.

Cada maldito centímetro de ella.

Y algo en mí se rompió.

Algo salvaje.

Algo oscuro.

Algo que ni siquiera sabía que estaba escondiendo hasta que ya me estaba moviendo.

Mis caderas se movieron.

Solo un poco.

Lo suficiente.

La fricción envió...

Inicia sesión y continúa leyendo