Capítulo 57

~Damon~

Ella estaba tan cálida.

Tan suave.

Tan destrozada.

La había observado quedarse dormida con mi semen escurriendo por sus muslos. La había secado con mis propias manos. La sostuve hasta que los temblores se calmaron y su respiración se suavizó contra mi pecho.

Pero no podía dormir.

...

Inicia sesión y continúa leyendo