Capítulo 46

Aiden.

Mi sangre hervía. Mi corazón golpeaba con fuerza contra mis costillas, atronador con el peso de todo lo que Noah acababa de compartir conmigo. Cada palabra, cada confesión, se había incrustado en mí como una marca—ardiendo, quemando, imposible de olvidar.

La verdad era que, cuando vi a ...

Inicia sesión y continúa leyendo