Capítulo 108

El estridente timbre del teléfono me despertó de golpe. Lo busqué a tientas en mi mesita de noche, entrecerrando los ojos para ver el reloj—1:03 PM.

—¿Hola?—mi voz aún estaba cargada de sueño.

—¿Amelia? Soy George—la voz firme pero suave al otro lado despejó inmediatamente la niebla de mi cerebro....

Inicia sesión y continúa leyendo