Capítulo 111

Empujé la puerta de mi oficina, solo para encontrar a James ya allí, tumbado en mi sofá de cuero italiano, revisando su teléfono.

—Te has tardado bastante —dijo sin levantar la vista—. Tu café está frío.

—No te pago para que monitorees mi puntualidad. —Aflé mi corbata y me senté detrás de mi escri...

Inicia sesión y continúa leyendo