Capítulo 35

Amelia

Me desperté sobresaltada, totalmente desorientada por la sensación de sábanas súper suaves bajo mí. La luz del sol se colaba por las cortinas del dormitorio principal, pintando pequeñas rayas doradas a través de la enorme cama. Espera—¿cama?

Me froté la frente, tratando de ubicarme. Lo últi...

Inicia sesión y continúa leyendo