Capítulo 11 Salvándola

—Oye, nena, déjame cuidarte —Harold se acercó con una mirada lasciva, ya sin camisa.

Los ojos de Victoria estaban vidriosos, luchando por enfocarse. Sentía un ardiente deseo dentro de ella, necesitando liberarse urgentemente.

Justo cuando la mano de Harold estaba a punto de tocar su cuerpo, la pue...

Inicia sesión y continúa leyendo