42

Capitulo 42

Amelia se quedó inmóvil frente al espejo, observándose con una mezcla de curiosidad y vértigo. La seda roja del vestido que Sebastián había mandado a su suite abrazaba su cuerpo con un descaro que jamás se habría permitido. El escote se hundía en un pico profundo, sosteniendo apenas...

Inicia sesión y continúa leyendo