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Capitulo 52

El sol apenas despuntaba entre los rascacielos cuando Amelia despertó. La luz tenue bañaba el dormitorio en un tono ámbar, acariciando las sábanas revueltas donde el aroma de Sebastián aún flotaba, espeso, junto al suyo. Giró para buscarlo, pero encontró el lugar vacío. El hueco en ...

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