Capítulo 349 No decir que no

Después de que Layla rugiera como una leona, hubo un breve silencio.

Solo se escuchaba la respiración del hombre.

—Vete a dormir. Buenas noches —dijo él.

'¿Fui demasiado feroz? No, solo estaba siendo molesto,' pensó Layla con tristeza.

Sin embargo, era incómodo dormir en ropa interior, así que n...

Inicia sesión y continúa leyendo