Capítulo 131 Conociendo a un rival, un amigo

Hazel se frotó los ojos y miró fijamente a Leo, que dormía a su lado. Su rostro era delicado, y aun dormido, había un ligero rubor en sus mejillas. Sus labios carnosos y rosados eran extremadamente lindos. Ver el adorable rostro de Leo hizo que los ojos de Hazel se sintieran un poco doloridos.

Tuvo...

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