Capítulo 21 Dispuesto a morder el anzuelo

Hazel miró su reloj; todavía era temprano. Con un suspiro, dejó su trabajo, agarró su bolso y llaves, y se dirigió al ascensor.

Tan pronto como salió, vio el coche de Isaac estacionado justo en la entrada de la empresa.

La carita linda de Leo estaba aplastada contra la ventana del coche, y empezó ...

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