Capítulo 261: El colapso del imperio empresarial

Los ojos de Hazel estaban un poco rojos.

Frente a un Leo tan considerado, siempre sentía que le debía mucho.

—Mami, no llores. Ahora soy un pequeño caballero y definitivamente te cuidaré bien.

Leo sostuvo las mejillas de Hazel con sus pequeñas manos y le dijo seriamente:

—Mami, pase lo que pase,...

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