Capítulo 284: ¿Qué más hay que perseguir?

Al escucharles hablar así, Hazel vio que los ojos de Nico se volvían ligeramente rojos.

—No digan cosas tan desalentadoras, ustedes dos van a vivir mucho tiempo.

Hazel esbozó una leve sonrisa, y mientras sonreía, las lágrimas comenzaron a llenar sus ojos.

George le pasó un pañuelo con una expresi...

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