Capítulo 6
—Interesante —Jason me miró—. ¿Por qué volviste?
—Está lloviendo afuera —me estremecí por el frío—. Y todavía está oscuro.
—¿Tienes miedo de los fantasmas? ¿No tienes miedo de mí? —me preguntó.
—Um —asentí.
Comparado con los fantasmas, él parecía...
—... —se quedó allí un momento, luego se quitó la camiseta con una mano—. ¿Y ahora?
Miré los músculos lisos de su cuerpo, hasta abajo, y había incluso ocho abdominales...
—¿Cuántos años tienes, pequeña? —me sonrió.
—18 años —contuve la respiración.
—Apenas 18 años, deberías llamarme tío —suspiró y agarró mi mano, colocándola en su abdomen—. ¿Te gusta esto?
Nunca había visto algo así y de inmediato sentí un calor en la cabeza, con algo fluyendo por mi nariz.
Rápidamente levanté la vista—. Tío, parece que tengo una hemorragia nasal.
—¿En serio? —agarró unos cuantos pañuelos y cubrió mi nariz con fuerza.
En un estado de pánico durante media hora, se puso la ropa y yo me senté a su lado, con pañuelos en la nariz, dudando de mis decisiones de vida.
—Dormirás en el sofá esta noche, y te irás por la mañana.
—Oh.
—¿Oh qué? ¿No estás satisfecha? Me apiadé de ti y te dejé quedarte una noche, ¿y ahora quieres mi habitación?
—No tengo quejas, yo... nunca he dormido en una sala de estar antes, tengo miedo —abrazaba una almohada, mirándolo con ojos suplicantes.
—¿De qué tienes miedo? No hay fantasmas en este mundo.
Me quedé en silencio.
—Si quieres dormir en una habitación, duerme conmigo —dijo, y se giró para entrar en la habitación sin dudarlo.


















