Capítulo 180: Soy su esposa

Me quedé en silencio. Luego él se levantó.

—Bueno, mi trabajo aquí está hecho. Ahora es tu turno, nena.

Lo observé caminar hacia la puerta. En el umbral, se detuvo y miró hacia atrás.

—No esperes demasiado, Sable.

La puerta se cerró detrás de él.

Me recosté en la silla de mi oficina, inclinando...

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