Capítulo 37

Observo la extraña espiral grabada en la muñeca de Lior y el pánico me raspa la garganta. Mis yemas arden al descansar sobre la piel de mi hijo, su calor es antinatural para su pequeño cuerpo.

—¿Qué es esto? —miro entre Aiden y Elara—. ¿Quién marcaría a mi hijo?

Mientras ella rebusca en su bolsa m...

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