Cincuenta y uno

La luz de la mañana se filtra a través de las gruesas cortinas mientras me siento junto a las formas inmóviles de los gemelos dormidos, observando sus pechos subir y bajar con cada respiración. La mano de Kael envuelve mi dedo, agarrándolo incluso en sueños, y Lior está extendido con los brazos abie...

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