italiano

Me recosté sobre su pecho mientras hablábamos. La única luz en la habitación provenía del televisor que estaba frente a nuestra cama.

"Enséñame algo de italiano", dije alegremente, jugando con su mano que descansaba en mi cintura, acercándome más a él. "Mm, está bien", se recostó sobre su otro brazo...

Inicia sesión y continúa leyendo