Capítulo 826 Todo tuyo, yo también soy tuyo

Todos los demás salieron corriendo de ahí como si se les estuviera quemando la ropa, ¡temerosos de que los obligaran a quedarse!

Tina tragó saliva. —Señor Davis, ¿está descontento con mi trabajo de hoy?

—Todo lo contrario.

Tina se sorprendió. —Entonces, ¿por qué me pidió que me quedara?

—Para ha...

Inicia sesión y continúa leyendo