Capítulo 229

La casa del jefe del pueblo en el Valle de los Duraznos estaba llena de gente, el aire impregnado del olor a tabaco y sudor.

Ronald estaba sentado en un taburete de madera astillado, sus largas piernas cruzadas casualmente, girando un bolígrafo en su mano. Exudaba una elegancia que contrastaba fuer...

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