Capítulo 39

Aline levantó una ceja, el anillo de metal en ella balanceándose ligeramente. —Está bien, vamos. Te mostraré la casa.

La mirada escrutadora de Albert hizo que Aline se sintiera un poco incómoda.

Pero realmente no le importaba; la gente en la calle siempre la miraba así.

Lo que sorprendió a Adelin...

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