Capítulo 50

Al otro lado de la ciudad, en un elegante apartamento lleno del tenue aroma de perfume, Missy golpeaba sus uñas recién pintadas de rojo en la mesa repetidamente. El ritmo era como un toque de difuntos, volviéndola loca.

Habían pasado días desde esa desagradable discusión.

Ronald había desaparecido...

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