Capítulo 636 ¿Hay recompensa?

Diez segundos...

Medio minuto...

Un minuto...

La habitación estaba tan silenciosa que se podía escuchar caer un alfiler. Los ojos de Maeve estaban fijos en un punto, pero nadie aparecía. Justo cuando su cuerpo tenso comenzaba a relajarse, hubo un repentino y fuerte golpe en la puerta.

—¿Quién es...

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